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Dietética y Nutrición Prensa

Aceite de palma: ¿el nuevo enemigo de tu dieta?

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No es nuevo que el aceite de palma sea uno de los más utilizados en el mundo y esté presente en millones de alimentos y productos que comemos y utilizamos a diario. Sin embargo, cada vez son muchas las alarmas que este tipo de aceite está generando al respecto. Hasta el punto que muchos expertos coinciden en que es una de las sustancias más perjudiciales para la salud y el medioambiente. A pesar de que todavía la OMS no lo haya declarado alimento «carcinogénico» como ya lo hiciera el año pasado con la carne procesada, ya son muchos los motivos que nos hacen sospechar de que es uno de los aceites que más te vale tener lejos. Te damos poderosas razones de la mano de los expertos en nutrición y cosmética.

A pesar de que sabemos que las grasas saturadas y más concretamente, el aceite de palma, están presentes en la comida precocinada, galletas, bollería, bombones, galletas, pasteles, masas o comidas preparadas, cada día son más los estudios que lo relacionan con problemas serios de salud como las enfermedades cardiovasculares, el sobrepeso, la falta de energía y vuelve a estar en el punto de mira.

Y es que todas las alarmas han saltado después de leer los recientes informes del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) en los que se relaciona el ácido palmítico (principal componente del aceite de palma) con procesos de metástasis y de cáncer. La pregunta que todos nos hacemos es… ¿hay motivos para alarmarse?

Todo empezó después de que en el estudio en el que los investigadores dieron a los ratones una dieta rica en grasas un 15% más del consumo normal y les inocularan un tipo de cáncer oral para el que, en condiciones de dieta habituales vieron que el 30% de los ratones desarrollaban metástasis y que con más grasas en sangre, cerca del 80% de los ratones tenían más metástasis y de mayor tamaño.

Pero lo más alarmante es que testaron el efecto de dichas grasas en metástasis con un ácido graso específico, el ácido palmítico cuyo componente principal es el aceite de palma y es usado en muchos tipos de comida procesada. Los científicos trataron un tumor oral durante dos días con ácido palmítico y después lo inyectaron en ratones que tenían una dieta normal. Una vez inoculado en el ratón, ese tumor pasaba de una frecuencia metastática del 50% al 100%. Es decir, todos los ratones desarrollaban metástasis. ¿Casualidad? No.

«Parece existir un enlace directo entre consumo de grasas y potenciación de las metástasis a través de la proteína CD36, al menos en ratones inoculados con células tumorales humanas. Hay que hacer más estudios para entender esta intrigante relación entre dieta y metástasis, sobre todo porque en las sociedades industrializadas estamos incrementando de forma alarmante el consumo de grasas saturadas y de azúcares», nos advierte Aznar Benitah del Instituto de Investigación Biomédica«Las grasas son necesarias para el organismo pero la desmesura puede tener un impacto en salud como ya se ha demostrado antes para algunos tumores, como el de colon, y como ahora demostramos para el proceso metastático», explica.

Y es que ante estas recientes investigaciones han empezado a saltar todo tipo de alarmas acerca de cómo afecta el aceite de palma a nuestra salud, a la alimentación que mantenemos a diario, a nuestra piel a través de los cosméticos y cómo puede llegar a perjudicar el medio ambiente.

¿POR GRASAS SE ENTIENDE ADEMÁS DEL ACEITE DE PALMA OTRAS GRASAS?

Para resolver nuestras dudas, preguntamos al doctor Manuel Sánchez que nos asegura que «en el aceite de palma hay una alta concentración de grasas malas, alrededor del 45% al 65 % frente a una media del 15 por ciento en otros aceites. Hay un 26,9 por ciento en el aceite de oliva y del 2 al 8 por ciento en el de colza. Además, sus ácidos grasos saturados aumentan el colesterol y no nos aportan micronutrientes ni minerales», asegura el experto.

Además, de eso, otros nutricionistas y expertos en nutrición como Leticia B. Carrera de Felicidad Carrera afirman con rotundidad que además, «el aceite de palma es muy pobre en grasas buenas, -entre un 9 y un 12 por ciento-, en ácidos grasos poliinsaturados como el omega 3 y 6».

¿QUÉ ES LO QUE CONVIERTE EL ACEITE DE PALMA EN «PELIGROSO» PARA TU SALUD?

La cuestión más peligrosa es que bajo la etiqueta de grasas vegetales, consumimos este tipo de aceites derivados del aceite de palma y muchas veces sin especificar. Su uso se promovió para sustituir las grasas trans y aceites hidrogenados que aún son peores para las enfermedades cardiovasculares. El problema es que sustituirlo, según Sánchez «es controvertido puesto que sus cualidades de elaboración son perfectas para la fabricación a grandes niveles». Además, «el aceite de palma es muy apreciado por la industria alimentaria por hacer a los alimentos más untuosos y cremosos, más crujientes y resistentes a la oxidación y a volverse rancios y se pueden encontrar en productos como galletas, pasteles, margarinas, cremas de cacao, comidas preparadas que consumimos a veces a diario por lo que deberíamos rechazar y vigilar la bollería industrial», apunta el doctor.

¿SIGNIFICA QUE TENEMOS QUE ELIMINAR POR COMPLETO EL CONSUMO DE ALIMENTOS QUE CONTENGAN ACEITE DE PALMA?

Los estudios médicos relacionan un mayor riesgo de padecer enfermedades a un mayor consumo de aceite de palma. Sobre todo, en problemas y enfermedades como el sobrepeso, el colesterol, la diabetes y la retención de líquidos y recientemente el desarrollo de metástasis pero sin embargo, no hay estudios que se relacione directamente con el cáncer puesto que el riesgo es relativo y depende de muchos factores por lo que tampoco habría que eliminar su consumo por completo ni pone en riesgo nuestra salud si se hace de forma esporádica.

La cuestión es llevar un estilo de vida sana y sobre todo, «no abusar del consumo de los alimentos que lo contengan como ciertos snacks, productos precocinados o aperitivos de bolsa e intentar cocinar más en casa para controlar nuestra dieta y el origen de las grasas que nos llevamos a la boca», apunta Patricia Cuenca, directora técnica y nutricionista del centro Oxigen de Barcelona.

¿QUÉ PROPUESTAS EXISTEN PARA EVITAR EL ACEITE DE PALMA?

Entre otras, «evitar la ingesta de la bollería industrial y la comida preparada y optar por la bollería casera haciendo un bizcocho en casa con aceite de oliva o girasol en lugar de elegir otras grasas saturadas», apunta Leticia B. Carrera de Felicidad Carrera.

¿CÓMO IDENTIFICAR EL ACEITE DE PALMA EN EL ETIQUETADO?

Aunque desde hace un par de años los productos deben indicar el origen de las grasas vegetales que contienen (aceite de palma o palmiste), hay un truco infalible para saber si el aceite vegetal que aparece es de palma y es leyendo su contenido en grasas saturadas. «Si es similar o superior al 50 por ciento, es muy probable que sea aceite de palma», nos asegura Carrera.

ACEITE DE PALMA: ¿QUÉ HAY DE SU USO COSMÉTICO?

Por su untuosidad, el aceite de palma es una de las mejores bases para fabricar productos de belleza y cremas corporales y se utiliza bastante porque es de bajo coste. Y cuando hablamos del aceite de palma en cosmética, debemos saber si nos referimos al aceite bruto o refinado. «El bruto es el que se obtiene directamente del mesocarpo del fruto de la palma, con alto contenido en licopenos, betacarotenos y tocotrienoles (vitamina E) en su interior, cuyas propiedades calmantes, antioxidantes y reparadoras son las que le confieren sus bondades en cosmética. Pero, cuando se refina, pierde sus beneficios dermatológicos» apunta Sonia Almela, farmacéutica cosmetóloga y directora de Mama Mio en España.

Sin embargo, su uso sigue estando en el punto de mira. Prueba de ello es que a pesar de que el celebérrimo aceite de palma de Leonor Greyl venía de una plantación incluso ecosostenible y controlado, no fue posible compatibilizarlo con su controversia y los efectos de sus monocultivos por lo que la firma francesa se reformuló con dos nuevos ingredientes: el aceite de copra refinado con la presión en frío de las cáscaras de coco y el aceite de mongongo, extraído de las nueces del árbol africano del mismo nombre.

¿CÓMO AFECTA EL ACEITE DE PALMA AL MEDIOAMBIENTE?

La gran controversia que además está generando el aceite de palma, se debe a que su cultivo es causa (entre otros factores) de la deforestación de la selva tropical, produce un aumento del calentamiento global, se produce maltrato y aumenta el peligro de extinción de gorilas e implica la violación de los derechos humanos de indígenas cuyo medio de subsistencia es este tipo de cultivo. Pero alternativas como al aceite de levadura, soja, coco o jojoba presentan la duda de si serán viables, asequibles y cubrirán las expectativas de sostenibilidad.

Pero sin duda y como la experta en farmacia Sonia Almela apunta, «la clave es dedicar recursos a la investigación de alternativas e informar de manera clara, si los productos alimenticios o cosméticos que consumimos llevan este tipo de aceites en su formulación para poder elegir si queremos consumirlos o no».

Fuente: Revista Telva

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